lunes, 7 de marzo de 2022

La filosofía ¿para qué? ante la pandemia

 

La filosofía ¿para qué? ante la pandemia

El coordinador del Observatorio Filosófico de México (OFM), miembro del comité directivo de la Federación Internacional de Sociedades de Filosofía (FISP) y autor del libro Filosofía ¿para qué?, Gabriel Vargas Lozano, especifica en la plena y difícil emergencia sanitaria por el covid-19:

“La filosofía nos ayuda a reflexionar sobre los problemas de nuestra circunstancia y a encontrar soluciones junto a las disciplinas científicas. La filosofía debería informar a la acción política. Lo que ocurre en nuestro país es que no se le ha dado a esta amplia disciplina el lugar que merece en la educación, la política y la cultura porque ha dominado una concepción tecnocrática, pragmática, mercantilista y subordinada a los designios del gran capital.”

Exalta enseguida a Proceso que “un pueblo desinformado, sin que se le haya educado científica y filosóficamente, está sujeto a todo tipo de manipulaciones y enajenaciones”.

Nacido el 16 de noviembre de 1947 en Guadalajara, Jalisco, profesor e investigador del departamento de Filosofía de la UAM-Iztapalapa y responsable del Centro de Documentación en Filosofía Latinoamericana e Ibérica (Cefilibe), Vargas Lozano enlista así una serie de problemas éticos que la pandemia ha puesto de manifiesto:

• Corrupción, individualismo, egoísmo, problemas relacionados con la filosofía política, como la relación entre Estado y mercado.

• Técnica y humanismo.

• Libertades sociales e individuales.

• Reflexiones sobre el sentido de la existencia.

• Análisis de nuestro devenir y de las dificultades con que hemos tropezado, y de nuestro porvenir.

• Las lecciones que podemos extraer de estas duras experiencias y qué debemos efectuar para poseer una sociedad mejor…

Despliega entonces:

“En los últimos años ha surgido la bioética, que analiza justamente problemas involucrados en la epidemia, como el derecho de todo ser humano a recibir atención médica independientemente de su condición social, y a ser tratado con dignidad, entre otros.”

Incita a que los filósofos participen “publicando reflexiones sobre los conflictos éticos involucrados, sobre las lecciones que debemos sacar de dicha crisis para poder estar más preparados, y en torno a los temas de la deshumanización, etcétera”.

El también presidente de la Comisión de Enseñanza de la Filosofía de la FISP añade que los pensadores deben intervenir en la educación:

“Para preparar mejor a las nuevas generaciones y en sentido práctico alentar todas las formas de solidaridad, la filosofía debe abandonar la postura teoricista y academicista y adoptar una estrechamente vinculada a las necesidades de la gente.”

Vargas Lozano cursó licenciatura y maestría en filosofía en la Universidad de Guadalajara de 1966 a 1972. Recientemente coordinó, junto con Guillermo Hurtado y José Alfredo Torres, el libro La filosofía y la cuarta transformación de México, editado por Torres Asociados, que se puede leer gratuitamente en la web del Observatorio Filosófico de México: http://www.ofmx.com.mx/ inicio/wp-content/uploads/2019/09/Libro-Filosofia-y-la-4T.pdf).

Hace alusión al inicio del neoliberalismo en México:

“Desde los gobiernos de Miguel de la Madrid y Carlos Salinas de Gortari, con el propósito de que nuestro país se integrara en forma subordinada a los planes y programas de las grandes transnacionales, se implantó una política educativa cuyo objetivo era el tecnocrático y mercantilista. Se relegó la formación humanista e integral. En el gobierno de Felipe Calderón se eliminaron las materias filosóficas de la Educación Media Superior, por lo cual desde el Observatorio Filosófico de México dimos una fuerte batalla que culminó con la reposición de dichas materias y la creación de una área de humanidades. Tuvimos el apoyo de científicos, profesores eméritos, la ONU, la FISP y el Senado de la República, entre otros.”

Caso omiso

Rememora asimismo que el año pasado lograron, con el apoyo de los diputados y senadores, la reforma del artículo tercero, en el que figuran ya como un derecho la educación filosófica y las humanidades (Proceso, 2228). Pero delata:

“A pesar de esa extraordinaria aprobación, la Secretaría de Educación Pública ha hecho caso omiso a su implementación. El OFM le entregó una propuesta concreta al secretario de Educación, Esteban Moctezuma Barragán, con la que le solicitábamos la incorporación en la primaria de la metodología Filosofía para niñas y niños, probada mundialmente, y de cursos de ética práctica, así como actualización de la didáctica de las disciplinas filosóficas que se imparten en la educación media superior y otras. Con la filosofía para niños se formaría esa juventud que necesitamos: Reflexiva, crítica, democrática y humanista”.

Con el OFM, la Comisión de Enseñanza de la FISP y la Comisión de Educación de la Cámara de Diputados se efectuó, el pasado 4 de marzo, de las 9 a las 14 horas, en el Salón Norte del Palacio Legislativo de San Lázaro, el coloquio Filosofía para niñas y niños, el cual, dice, “tuvo un enorme éxito”. (conclusiones en la página www.ofmx. com.mx).

El académico conjetura:

“Si desde hace mucho tiempo nuestros niños y jóvenes hubieran recibido una educación filosófica ‘bien enseñada’, buscarían una explicación científica y racional, y estarían encontrando mejores soluciones para llevarlas a la práctica. La filosofía aplicada a la educación permite formar personas racionales, críticas, ilustradas y democráticas.”

Se le plantean estas interrogantes: ¿Cómo ve a la sociedad en esta emergencia sanitaria? Independientemente de que muchas personas deben salir día a día a trabajar para poder comer, ¿cree que el miedo que padecen tiene que ver también con el engaño de los políticos?

–Veo a la mayoría de la sociedad muy desprotegida en todos sentidos. La pandemia ha agregado un peso moral más al que ya teníamos con los asesinatos, extorsiones y violencia inaudita de los grupos del crimen organizado. Esta enfermedad ha mostrado en forma fehaciente el abismo entre ricos y pobres; nuestras enormes debilidades institucionales para contender con las necesidades que tendremos que afrontar.

“Independientemente de que se hagan estudios sociológicos, creo que hay tres posiciones: a) Los que no saben nada y esperan a ver qué pasa. b) Los que están aterrorizados por las noticias difundidas a través de los medios de comunicación. Y c) Los que buscan desentrañar qué es verdad o mentira de lo que nos están diciendo.”

–¿Transformarán el miedo y el pánico a la humanidad para bien?

Tras un rechazo inmediato –“jamás el miedo y el pánico cambiarán a la humanidad, sino la reflexión, el análisis científico y filosófico y la praxis”–, el doctor Vargas Lozano se apoya en el recuento histórico:

“Esta epidemia pasará como pasaron otras. En la historia hemos tenido terribles epidemias frente a las cuales estábamos desprotegidos. Recordemos que de Europa se trajo la gripe (1493), la viruela (1519-20) y el sarampión (1500 en adelante), que arrojaron millones de muertos. Les da lo mismo a príncipes (el príncipe Carlos de Inglaterra), cantantes (Plácido Domingo) o millonarios. El gran filósofo Georg Wilhelm Friedrich Hegel murió a los 61 años de una epidemia del cólera en Berlín, el 14 de noviembre de 1831, y los remedios de aquel tiempo en lugar de curar agravaban la enfermedad; ahora la ciencia ha avanzado y esperamos que pronto logren la vacuna, como lo han hecho con las anteriores.

“Así que seguramente la epidemia pasará, pero como ocurre con los huracanes y terremotos, dejará un saldo de muertos y damnificados. Aquí es donde en lugar de olvidar todo lo que ocurrirá hay que corregir y reformar todo lo que sea necesario. Las cosas no pueden seguir como hasta ahora.”

Respecto a los científicos del país, apunta hacia su casi total ausencia en la vida pública expresando una opinión independiente, pues “desde hace 30 años se ha descuidado la investigación científica básica porque el gobierno no ha proporcionado los recursos necesarios para un desarrollo propio”.

Cuenta sobre unas declaraciones de un científico estadunidense acerca de la necesidad de desarrollar una vacuna con mayor espectro contra los virus, de los cuales existen millones en la naturaleza, “y que estábamos expuestos a nuevas epidemias”. Decía además –sigue–, que se requería relativamente poco dinero para desarrollar nuevas vacunas, si se compara con los enormes gastos ocasionados por las epidemias. Acentúa, rotundo:

“En otras palabras, se requiere una labor preventiva y conjunta. Necesitamos fomentar la investigación científica pero los gobiernos, incluyendo este, tienen otras prioridades.”

Y refiere en torno a los empresarios nacionales:

“Es impresionante la actitud de los grandes empresarios. Tanto dinero que han ganado a costa del país y no son capaces de desprenderse, por razones de humanismo y de reciprocidad, de recursos económicos mínimos frente a las fortunas que han acumulado, para afrontar las necesidades más urgentes. La decisión gubernamental de aislamiento ha ocasionado dos reacciones entre los multimillonarios. La primera fue la que llamaríamos humanista, llevada a cabo por Carlos Slim al aportar mil millones de pesos. La segunda fue la de Ricardo Salinas Pliego instando a la gente a no dejar de trabajar, o sea, ‘contaminen lo más posible’; ‘enférmense’, y seguramente morirán los más débiles y sobrevivirán los más fuertes, es decir, darwinismo social. Esa posición es la de Donald Trump y Jair Bolsonaro. Primero está el negocio y después la salud de las personas. Se trata de una razón cínica.” ■

¿Como sera la educación en el futuro?

¿CÓMO SERÁ LA EDUCACIÓN EN EL FUTURO?

La tecnología digital transformará por completo cada ámbito de la vida, desde la forma de desplazarnos de un lugar a otro, de trabajar, comer, vestirnos, comunicarnos… y por supuesto, aprender. El viejo sistema basado en el profesor dictando cátedra quedará por fin enterrado. ¿Cómo serán las aulas y los sistemas de aprendizaje en una década?

En principio, la tecnología llegará para quedarse. La realidad virtual (RV) y la realidad aumentada (RA) harán que los alumnos vivan experiencias de verdad inmersivas (nada que ver con los videos a los que hoy podemos acceder en YouTube o en los todavía muy perfectibles visores tipo Oculus, Sony o PlayStation). El verdadero salto será cuando llegue la tecnología 5G y se pueda llegar a tal número de datos en un video que el cerebro no sepa distinguir si se encuentra o no en una situación ficticia.

La experiencia será tan realista que los alumnos podrán vivir la experiencia de una sesión del senado en la antigua Roma o la salida de los mexicas del mítico Aztlán, su largo peregrinar por tierras chichimecas y su llegada al inmenso y hermoso lago. Pero lo harán con una inmersión absoluta, con lo que se conocerá como fotorrealismo total. Serán, en una palabra, un personaje más en esa historia. “Estarán” ahí.

El gran diferenciador será un hecho que los pedagogos conocen muy bien: los seres humanos aprendemos cuando la emoción va unida a la información. Al “vivir” los acontecimientos nos podremos relacionar con ellos de modo que los comprendamos a profundidad y no los olvidemos jamás.

Con estas tecnologías los estudiantes de medicina no tendrán que experimentar más con cadáveres humanos: podrán “hacer” cirugías en una experiencia virtual que será casi exacta a la de realizar un trasplante de corazón, por ejemplo.

Otra de las grandes ventajas que traerá la RV, según los expertos, es que permitirá a las nuevas generaciones tener las experiencias de otras personas en situaciones socioeconómicas distintas, por ejemplo, o experimentar lo que viven los migrantes al pasar la frontera. O habitar en una favela. O ser miembro de alguna minoría y sentir la discriminación. De ese modo estarán en los zapatos de otros y podrán ejercer la empatía, logrando sociedades más tolerantes.

La otra gran revolución será la de la inteligencia artificial (IA). A menudo pensamos en la robótica sólo como artefactos humanoides, pero esto es una distorsión hollywoodesca. En realidad, la IA estará en todas partes, empezando por nuestros teléfonos inteligentes, y en los dispositivos tipo Alexa, de Amazon, o Watson, de IBM.

Los niños jugarán con estos dispositivos, que los podrán acompañar a todas partes, ayudarlos con sus tareas y darles toda la información existente en el mundo en una fracción de segundos.

Esta “descentralización radical” del conocimiento llevará a la descentralización radical de la innovación: en un futuro, está predicho por los futurólogos, habrá literalmente miles de millones de personas conectadas a internet colaborando entre sí con ingentes cantidades de datos a su disposición, creando nuevas formas de resolver los problemas. Las innovaciones serán tan constantes que ya no podrán siquiera ser cuantificadas: sucederán por cientos o miles en un solo día y serán compartidas en todas las direcciones, enriqueciendo el conocimiento humano de una manera hoy inimaginable.

El aula invertida

Al ya no ser los profesores los guardianes del saber, se dará un giro radical en el sistema de aprendizaje: algo que ya se está viendo y que se conoce como “aula invertida”, o Flipped Classroom. Consiste en que los alumnos buscan en línea los contenidos, los estudian y preparan en casa y al salón de clases llegan sólo para recibir retroalimentación de sus profesores, ahora convertidos en facilitadores. De esta forma los estudiantes se empoderan y entusiasman verdaderamente con lo que van descubriendo. Esto provoca una mayor interacción humana, porque el maestro pasa 100% de su tiempo hombro a hombro con sus alumnos, guiándolos en sus hallazgos creativos. Una de las precursoras de este sistema es Esther Wojcicki, quien fundó el programa Palo Alto High School Media Arts, en Silicon Valley. Ella no “alecciona” a sus pupilos, sino que los ayuda “a ser exponenciales” y a aprender por ellos mismos. Propone que utilicen 20% del tiempo en desarrollar un proyecto que les genere pasión y ha llegado a la conclusión de que una de las habilidades más importantes que se le pueden enseñar a cualquier joven es el periodismo. ¿Por qué? Al practicar el periodismo aprenden a investigar, a trabajar realmente en equipo (pues tienen que presentar un entregable, ya sea una app, una revista, un periódico o una página web), a distinguir las falsas noticias de las verdaderas (porque las están generando ellos mismos), y a comprometerse con las causas que los afectan localmente (y en general, de manera global). Del periodismo se puede pasar al activismo responsable, afirma Wojcicki. Jóvenes con este tipo de educación difícilmente votarían en un futuro por populistas de ultraderecha como Donald Trump.

La universidad en línea Khan Academy se plantea “proveer de una educación gratuita de clase mundial a todos, en todas partes”. Casi 80 millones de personas, de 190 países se han registrado para ver alguno de sus 7,000 videos existentes.

En efecto, lo que es preciso enseñar a los jóvenes hoy en día es a distinguir entre noticias falsas y verdaderas, y a investigar en fuentes confiables. Diferenciar la opinión irresponsable (tan típica de las redes sociales) de la opinión informada. Y la mejor forma de llevarlos a las fuentes confiables es con las plataformas diseñadas justo para expandir el conocimiento.

Plataformas como edX o Coursera ya están cambiando el mundo, y lo que vemos es apenas el comienzo. Ofrecen cientos de cursos gratuitos de universidades de todo el mundo, desde Harvard y Berkeley hasta la que uno se pueda imaginar. Otra plataforma, Udemy, tiene cursos con precios del orden de 200 o 300 pesos. Los emprendedores de otra de estas plataformas, Udacity, se reunieron directamente con los empresarios de Silicon Valley y les preguntaron qué necesitaban para satisfacer su demanda laboral, y así crearon los “nanocertificados”: cursos de cinco o seis meses en temas como robótica o programación. Los egresados obtienen contratos de inmediato.

Quienes están detrás de esta nueva forma de educar quieren pasar del concepto de élite al concepto de accesibilidad total. Es la filosofía que está detrás de todos losnMassive Open Online Courses, o MOOC, que son cursos abiertos para todos.

La forma de presentar los cursos también es revolucionaria. iTunes U ofrece maestrías y cursos “como si estuvieras viendo una serie de Netflix”. Nada más en YouTube se ofrecen cientos de miles de videos de aprendizaje, muchos creados por los usuarios mismos, en un afán de compartir conocimientos.

El fundador de las pláticas TED, Chris Anderson, señala que estamos en el renacimiento de la oratoria, del ágora, como en la vieja Atenas. Sostiene que al escuchar sobre muchos temas de diferentes tópicos en un mismo espacio de tiempo, está uno expuesto a la revelación del “hilo secreto de todo el conocimiento”. Es el “saber contextualizado”, la nueva forma de aprender.

Otro visionario es Salman Khan, el fundador de la Khan Academy. Sostiene que lo que aprendamos debe estar ligado a problemas que pueden resolverse en la vida real. Pone un ejemplo: el cálculo de probabilidades, que se estudia en la materia de matemáticas, puede resultar árido. Pero la genética, que se estudia en la materia de biología, tiene todo que ver con el cálculo. Si se rompiera la barrera de las materias (esto se ve “en mate” y esto “en bio”), y se estudiaran las dos cosas atendiendo a resolver un enigmagenético, adquiriría sentido y la gente se podría relacionar fácilmente con ese tema.

La Academia Khan se basa en videos hechos de forma simpática y amigable. A los videos la gente los puede pausar, así que ningún niño se queda atrás (lo que siempre sucede con el sistema tradicional). Tampoco ocurre que los alumnos pasan con 60, 70, 80 o 90% del aprendizaje. ¿Dónde quedó el otro porcentaje? Aquí pueden aprender todo al 100% antes de pasar al siguiente video, a su propio ritmo.

La educación interminable

Salman Khan comenta que con este método ningún adulto se sentirá avergonzado por lo que no pudo aprender años o décadas atrás. Aquí hay educación para todos, en cualquier momento de la vida. Esto encaja a la perfección en los tiempos que estamos viviendo, de la educación interminable. Antes una carrera duraba de 30 a 50 años. Uno estudiaba cuando tenía 20 años y se podía olvidar de las aulas por el resto de su vida. Vamos a llegar un momento en que cada dos o tres años la gente tendrá que reescalar su carrera y reaprender nuevos conceptos. Lo podrán hacer en la comodidad de su casa, a su propio ritmo. Algunos dirán que esto es engorroso, pero para muchos otros, el hecho de nunca dejar de aprender es un panorama absolutamente estimulante.

Todas las plataformas educativas abiertas buscan una democratización radical del conocimiento. Se oponen a la educación de élite, exclusivamente para los ricos. Este es uno de los grandes problemas que enfrenta la humanidad, según Khan. Las familias buscan la mejor educación para sus hijos pero, en muchas ocasiones, se olvidan del interés y el bienestar de los niños de enfrente. “Ser egoísta es inherente a la naturaleza humana –dice–, pero no es aceptable que sólo 1% de la población entienda lo que está pasando y tenga las herramientas para sobrevivir. Si no perseguimos la educación del vecino, el sistema democrático no funcionará y estaremos permitiendo que sigan surgiendo los extremismos”. En otras palabras, si no reducimos la brecha de desigualdad (y la educación es la mejor herramienta para lograrlo) habrá más líderes polarizantes, que producirán más enojo en la población y que llegarán al poder a través del odio.

Otro de los grandes expertos de la educación a nivel internacional es Ger Graus, quien también impulsa los sistemas incluyentes y democráticos, en contra de los elitismos. Neerlandés de nacimiento y británico por adopción, es asesor de la OCDE, del Consejo de Europa y de la Asociación para el Aprendizaje del Siglo XXI. Fue nombrado Oficial Honorario de la Orden del Imperio Británico por sus servicios a los niños y trabaja para un mexicano excepcional, Xavier López, el empresario detrás de KidZania (que se ha convertido en una de las compañías de entretenimiento y aprendizaje de mayor crecimiento en el globo, pues ya están en 24 ciudades de los cinco continentes y tienen en puerta otras 20 para los próximos meses). Graus es director global de educación de esa firma, que nació en 1999 en el Centro Comercial Santa Fe de la Ciudad de México.

El concepto clave que maneja es que “los niños sólo pueden aspirar a lo que saben que existe”. Si se les presenta un entorno limitado, van a querer reproducirlo y no llegarán más allá. Y esto debe hacerse desde una edad muy temprana: “A los cuatro años, pues esa es la etapa en la que se forman estereotipos como el sexismo”.

¿Qué tienen en común China, Singapur, Hong Kong, Estonia y Finlandia, las naciones con los mejores sistemas educativos del mundo? Que priorizan la calidad de los profesores, con exigentes y continuos exámenes de oposición.

Cuando se desempeñó como director del sistema educativo de Sheffield, Inglaterra, atestiguó que los infantes de escasos recursos que vivían cerca del aeropuerto, al preguntárseles qué querían ser de grandes, contestaron que serían choferes, maleteros, boleros o vendedores de periódicos. No tenían en mente que podían ser también pilotos de avión porque eso no era lo que veían en su entorno. Afirma que si los niños pueden ver y tener la experiencia cercana del entorno de un piloto, por ejemplo, pueden aspirar a eso.

“Mientras más desfavorecido sea un niño, más opciones diferentes se le deben de presentar”, afirma Graus. La educación debe enfocarse en la inventiva y en el emprendedurismo desde la más tierna infancia, asegura. Para todo esto, la escuela debe combinarse con las experiencias extramuros. “¿Por qué se enseña pintura a los niños en un salón de clases en lugar de llevarlos al estudio vivo de un artista para que vean cómo trabaja?”, se pregunta. Por ello avala, pedagógicamente, lo que se hace en un lugar como KidZania, donde los pequeños tienen experiencias de lo que pueden ser laboralmente en el futuro a través del juego de roles. Esto debe hacerse una y otra vez, señala el experto, con las más variadas opciones y sin prejuicios o estereotipos (por ejemplo, que vean que hay pilotos de avión mujeres y hombres sobrecargos).

La realidad virtual, la inteligencia artificial, la robótica, las plataformas disruptivas, la descentralización radical del conocimiento, la educación interminable y un nuevo proceso exponencial de democratización volverán completamente obsoleta la escuela del pasado, basada en la memorización, los exámenes y la figura del profesor como el guardián del saber.

En un futuro, consideran algunos visionarios, la humanidad no tendrá que trabajar más que cuatro o cinco horas al día. Habrá una renta universal para todos los ciudadanos y las máquinas (impulsadas por la energía solar) harán todas las labores repetitivas. A las personas sólo les tocará el trabajo creativo y de contacto humano. Ahí encajará el concepto de una educación que jamás termina, porque el conocimiento nunca se acaba. Ahí estarán las plataformas y la inteligencia artificial para ayudarnos tanto a capacitarnos para el trabajo como a crecer como los seres multidimensionales que somos.

La educación hoy

El 3 de diciembre de 2019 se dieron a conocer los resultados de la última prueba PISA a nivel mundial, y si aún piensas que Finlandia sigue siendo el país número uno en educación, estás fuera de noticias. Desde hace años esta nación ya no encabeza el ranking global, sino los territorios asiáticos: Macao, Singapur, Hong Kong, Corea, Japón y, ahora, China.

Los estudiantes chinos triunfan en todos los ámbitos: matemáticas, ciencias y lectura. Les siguen Singapur, Macao, Hong Kong, Estonia y Finlandia. Y aquí aparece algo que tienen en común estos países: todos ellos, tanto asiáticos como europeos, poseen un sistema que premia a los mejores maestros, y no sólo es en el ámbito académico, sino en el social. Los profesores mejor calificados son quienes están en el aula, frente a niños de primaria, y son altamente valorados y respetados por la sociedad. Para llegar a ser maestros deben pasar exigentes y continuos exámenes de oposición. ¿Algo por aprender en México (último lugar de la OCDE en todas las disciplinas en la prueba PISA) después de una nueva reforma educativa que echó para atrás la pretensión de evaluar a los profesores en activo?

25.4 millones de estudiantes de educación básica hay en México.

 

La revolución de la educación

 

LA REVOLUCIÓN DE LA EDUCACIÓN

La educación se está reinventando. A pesar de la titulitis crónica que padecemos en España, el mercado laboral está abandonando ese afán de coleccionismo para centrarse más en habilidades alternativas, como la disposición a aprender. La formación, por tanto, debe adaptarse y el proceso pasa por romper con el método tradicional de aprendizaje.

LOS NUEVOS GURÚS DEL APRENDIZAJE

Uno de los impulsores de este cambio en nuestro país es Pablo Rivas, CEO y fundador de Global Alumni. Esta EdTech (Educational Technology) hispanoamericana hace accesibles las mejores universidades del mundo independientemente del idioma, país de residencia o tiempo disponible del estudiante.

Su proyecto surge como respuesta a la insatisfacción que sintió tras cursar su MBA (Máster en Administración de Negocios) en España y darse cuenta de que los contenidos no le dotaban de los conocimientos necesarios para desenvolverse en la sociedad contemporánea: cambiante, globalizada e hiperespecializada. El patrón se repite en la mayoría de las instituciones educativas nacionales. Elresultadoson cifras desalentadoras, como los 80.000 puestos de trabajo digitales que no se cubren en España o el 30% de universitarios españoles que no encuentra trabajo cuatro años después de graduarse. "La mayoría de las universidades españolas enseña igual que hace más de 50 años en un mercado laboral que no se parece ni al de hace 10", comenta Pablo, que en Global Alumni colabora con entidades de primer nivel como ESADE, UCLA, Berkeley, MIT y Chicago.

En 2017 otra iniciativa se sumaba al desafío de romper la brecha de habilidades. The-PowerMBA es un concepto disruptivo de escuela de negocio que ofrece un programa por menos de 500 euros e invirtiendo solo 15 minutos al día. Procura ser una solución para quienes no tienen el tiempo ni el dinero que requieren los másteres actuales de Administración de Empresas. Ya han pasado más de 20.000 personas por sus formaciones online, que se actualizan cada semana con lecciones de emprendedores y directores de éxito a través de videos en formato microlearning. No ofrece titulación homologada pero tampoco pretende hacerlo. "Se trata de aprender constantemente, no de cuantos títulos tienes", explica Hugo Arévalo, presi dente de la startup. Tan convencido está del valor de su producto que asegura que "o vas a las mejores universidades del mundo o haces ThePowerMBA".

MÁS ALLÁ DE TÍTULOS, EL MERCADO QUIERE HABILIDADES HUMANAS

El mismo año, la inmobiliaria Colonial se acercaba al sector de la educación adquiriendo Utopicus, la red de coworking nacional de referencia. Sus espacios fomentan la colaboración y su ecosistema de aprendizaje está enfocado a desarrollar las habilidades más humanas. Sus programas buscan despertar la mentalidad flexible, curiosa y proactiva que requiere el mercado. Cada taller comienza con un módulo de autoconocimiento y se presta especial atención a habilidades como la inteligencia emocional, la creatividad o la gestión del tiempo, fundamentales para construir equipos efectivos. "Por mucho que la tecnología avance, lo que hay detrás son las personas", dice Rafa de Ramón, fundador de Utopicus. Fiel a sus comienzos creativos, su programación va más allá de aprendizaje e innovación organizativa para tocar temas relacionados con arte y cultura, wellbeing y sostenibilidad o diseño y arquitectura. "Hoy no es suficiente con ser el mejor abogado, también tienes que entender cómo piensa tu programador, qué es el SEO y qué valores vinculan a tus colaboradores y tu empresa", añade Rafa.

Sea acercándonos las mejores universidades del mundo, ofreciendo un formato accesible o tratando de formar a un profesional más holístico, estas iniciativas se han puesto las pilas para que aprendamos tan rápido como cambia el mundo. ■

A CIEN AÑOS DE LA SEP José Vasconcelos

 

A CIEN AÑOS DE LA SEP José Vasconcelos 

Con cariño por el padre, admiración por el intelectual fundador justo hace 100 años de la Secretaría de Educación Pública (SEP), y con ello del proyecto cultural más grande del siglo XX mexicano, sin olvidar al político que fue virando a la derecha hacia el final de su vida, Héctor Vasconcelos evalúa a José Vasconcelos y el contexto en el cual desarrolló sus proyectos:

“Lo primero que me viene a la mente es cómo estaba México hace 100 años: el analfabetismo andaba por ahí de 70%, no llegaba a 30% el número de personas alfabetizadas. En ese contexto tan distinto, en el que no había sistemas de comunicación, ni radio ni televisión y mucho menos redes, fundar una Secretaría de Educación Pública fue indispensable para el país, y explica en cierto sentido todo el desarrollo subsecuente de México, porque la educación tiene que ver con todos y cada uno de los aspectos de la vida de la gente.”

Lo describe como un proyecto integral en el cual se incluía de manera fundamental la cultura, y particularmente las artes: música, danza, artes plásticas, la pintura con el movimiento muralista.

Sitúa en el contexto que, anteriormente, sólo existía la Real y Pontificia Universidad de México, fundada desde la colonia, y que junto con la de San Marcos en Lima, Perú, fueron las más antiguas del continente, pues la Universidad de Harvard se creó en 1636. Así que cuando en Estados Unidos no había una institución académica de excelencia ni pequeñas escuelas locales, México y Lima ya tenían universidades nacionales, sólo que la de México estaba ligada estrechamente a la Iglesia:

“No correspondía a una concepción moderna de la educación y de lo que una universidad debe ser. Ante todo, debe ser universal… cuando una universidad, cualquiera, está ligada a cualquier credo religioso, político o ideológico en exclusiva, pierde todo su sentido. Uno va a la universidad para desarrollar una mentalidad con objetivos de universalidad, no de un sector o de una religión particular, y ni siquiera de una cultura única.

“Ahí siempre recuerdo que mi padre, al diseñar o rediseñar el edificio de la Secretaría de Educación inicial, mandó poner en las cuatro esquinas del patio principal los siguientes nombres, que dan cuenta de esa concepción universal de la educación y de la cultura: Nezahualcóyotl, Platón, Buda y Cristo, por cierto en igualdad de circunstancias que los demás, cosa que a mí me encanta subrayar... Estos cuatro nombres nos hablan ya de toda una concepción de la educación, que fue la original, la que se funda hace 100 años.”

Enfatiza que existía sólo un Departamento de Educación, y entonces surge la idea de una educación que abarcara y llegara a todos los rincones del país, y por lo tanto establecería un sistema educativo. Si la Pontificia era para las élites, la nueva secretaría era por definición de Educación Pública.Ya el Artículo 3º Constitucional habla de una educación pública, laica y gratuita:

“Esto que constituye al México actual, hace 100 años era una novedad absoluta.”

Sin embargo confiesa el ahora senador de la República, en entrevista por Zoom con Proceso, que en sus conversaciones cotidianas su padre no dimensionaba la importancia de haber fundado la SEP:

“Curiosamente no consideraba su gestión como secretario de Educación como lo más importante que había realizado. Le llamaba mucho la atención que se recordara tanto ese periodo entre su rectoría de la Universidad Nacional y la creación de la Secretaría de Educación. Pensaba que lo importante eran sus libros de filosofía. Fíjense, él pensaba que iba a pasar a la historia por libros como La Estética, en fin. Y la posteridad ha decidido exactamente lo contrario: sus libros de filosofía no han tenido muchos discípulos. Como decía Octavio Paz, es el único intento que ha habido en América Latina de establecer una filosofía en todos los aspectos, porque había estética, ética, metafísica, pero no logró crear una escuela filosófica en ninguna parte. Paz decía que era un monumento aislado. Y mi padre creía que era lo más trascendente.”

También consideraba muy valiosa su obra literaria, “quizá no toda, pero hablaba de ‘mis mejores páginas’”. Sin embargo, reitera el también embajador que a 100 años de distancia “en lo único que hay homogeneidad de criterios en la opinión pública, en el medio intelectual, es en que su obra como rector de la universidad y como secretario de Educación fue probablemente lo más trascendente que hizo”.

Narra Héctor Vasconcelos que incluso 10 o 15 años después de haber dejado la institución, cuando reflexionaba sobre ella, el prominente educador de México y América Latina lamentaba que su obra hubiera sido momentánea, como un relámpago o un destello, pues había sido destruida por los sindicatos, la corrupción, etcétera.

Apoyo a la cultura

El suyo fue un proyecto integral, ligado al muralismo, las tradiciones mexicanas, la música, la danza, el folclor –cuenta– “que había sido desdeñado por las clases educadas del porfirismo…”.

Hoy –continúa– “nos parece obvio, pero hasta 1910 la cultura mexicana tendía a ser europeizante y afrancesada”.

Para muchos críticos y especialistas en política cultural, incluso hasta ahora, ya entrado el siglo XXI, no ha habido un proyecto cultural y educativo que supere el modelo vasconcelista, refiere:

“Sí, eso es una realidad, prácticamente todos en México coinciden en que el modelo establecido en 1921, 1922, 1923, rigió la cultura y la educación mexicanas por el resto del siglo XX. Es temprano para hablar del siglo XXI, necesitamos otros 100 años para que podamos juzgar los caminos que está tomando la educación en el presente.”

La idea de promover a los artistas, dice, tuvo su origen en aquel proyecto. Su padre comisionaba obras, como los propios murales, de música, a los poetas… La Suave Patria, de Ramón López Velarde, fue un encargo de José Vasconcelos, pidió sinfonías a Julián Carrillo. Lo hacía para que los artistas no tuvieran problemas económicos y se dedicaran a su obra artística. Privó la idea de que el Estado tenía la obligación de promover a la cultura y a los creadores, y esto se originó hace 100 años. Y lo considera vigente.

Sin embargo, en diciembre de 2015 se creó la Secretaría de Cultura, y con ello culminó un proceso de desvinculación entre la educación y la cultura iniciado en 1988 con la creación del extinto Conaculta. En opinión de Héctor Vasconcelos ha sido una cuestión meramente de organización relacionada con el tamaño del país, que a diferencia de hace 100 años ahora es inmenso:

“Yo sí veo la necesidad de una Secretaría de Cultura, lo que no puede suceder es que las artes dejen de formar parte del currículum de las escuelas y de las universidades, debe haber enseñanza artística en el sistema escolar y tienen que dar materias como la filosofía, que se ha querido separar, cuando es lo más importante de la educación. Quien no aprende algo de filosofía no aprende a pensar o a desarrollar un pensamiento crítico, por eso debe ser parte del sistema educativo, no solamente de lo que se ocupa la Secretaría de Cultura.

“Ustedes recordarán que en los programas de la Secretaría original había clases de danza, de música, luego todo el asunto de la promoción de la lectura con aquellas colecciones de los Clásicos, hoy nos parecen muy pocos libros, pero aquello estaba diseñado para el México de hace 100 años. La idea fue llevar estas expresiones culturales, a través de Las Misiones, a los más remotos rincones del país, a todos los estados y a todas las clases. Eso de veras hay que subrayarlo, porque veníamos de una situación donde la educación solamente alcanzaba a las élites, y ahí hubo un giro fundamental que implicaba a todo el mundo, hasta los analfabetas tienen derecho a disfrutar las artes, las ideas, y desde luego tienen derecho a salir del analfabetismo como primer paso.”

Licenciado en Ciencias Políticas y Relaciones Internacionales por la Universidad de Harvard, Vasconcelos participó como pianista y como hijo del intelectual este miércoles 6 en la ceremonia del centenario de el patio central de la SEP, a la que por cierto no acudió el presidente de la República. Expresa a Proceso su disentir respecto de que sea el más grande intelectual del siglo XX, pues le parece que en la segunda mitad del siglo la figura de Octavio Paz fue gigantesca, aunque “no hizo obra pública ni social, como escritor y como pensador me parece del más alto rango que México ha producido en cualquiera de sus siglos, y eso es mucho decir porque México tiene siglos, milenios de alta cultura”.

El viraje

Pero de ser reconocido como el gran educador e intelectual, Vasconcelos comenzó, hacia mediados de los años treinta, un proceso en el cual viró su ideología y pensamiento hacia la derecha y el conservadurismo, que a decir del senador es “una absoluta tragedia personal y hasta nacional, porque privó a México de una gran figura intelectual en la medida en que iba a la derecha”.

Atribuye el cambio a su derrota como candidato en las elecciones presidenciales de 1929; el que no se le haya reconocido su victoria “tuvo un efecto psicológico tremendo en él… que quienes habían impedido que llegara a la Presidencia se presentaran como revolucionarios y de izquierda, me refiero a la larga historia del Partido Nacional Revolucionario, luego PRI, etcétera.

“Mi padre siempre se decía de izquierda en el discurso, entonces una reacción fue: ‘si ésa es la izquierda, si esos son los revolucionarios, yo no quiero tener nada que ver con ellos’. Yo pienso que fue un grave error, pero es como él lo veía: ‘si quienes impidieron que yo, el gran educador e intelectual, hiciera algo para realmente sacar a México de la pobreza e ignorancia, es esa izquierda, yo voy a buscar otros cauces’. Los rechazó y se fue al lado opuesto, que es la derecha.

“Eso fue en el aspecto político, pero hay algo más profundo y grave aún: su viraje hacia el catolicismo. Eso tiene que ver con una relación psicológica sumamente compleja, intensa, yo diría cuestionable, con su propia madre, es decir con mi abuela. Porque mi abuela, a pesar de que era hija de uno de los más cercanos colaboradores del presidente Juárez, don Esteban Calderón, que incluso se fue al exilio como el presidente Juárez, a pesar de eso, era una mujer ferviente, obsesivamente católica, e impregnó al niño José Vasconcelos de esas ideas. Y para mi padre apartarse del catolicismo quería decir traicionar a su madre, y como él tenía esta relación simbiótica, muy intensa –Freud le llamaría un complejo de Edipo no resuelto–, entonces siempre tendía a sostenerse en las creencias de su niñez.

“Yo creo que durante su madurez él se volvió un librepensador, y al acercarse a la vejez y ya en la vejez, hubo un regreso al catolicismo de su madre, para serle leal a su madre, quien de niño lo único que le decía todas las noches, al darle un beso de buenas noches’, era: ‘nunca pierdas la fe en Cristo, lo demás no importa’. Si un niño recibe ese impacto emocional, por eso da ese giro en sus últimos años hacia el catolicismo. Yo personalmente lo deploro muchísimo.”

Se le pregunta si en esos antecedentes familiares está la causa de su ateísmo. Es un factor, admite, pero añade que ha visto el daño que puede hacer el pensamiento religioso. Lo que realmente le influyó, dice, fueron sus lecturas y la reflexión, y sin embargo sustenta:

“Me parece que el tema de la religión y el dilema de si existe o no un Dios son el gran tema para el ser humano. Y si sobre algo he leído desde mi adolescencia es sobre él, mis lecturas de filosofía, de ciencia, sobre todo de las ciencias de los últimos 50 o 100 años me han llevado a la conclusión de que yo solamente quepo, ideológicamente hablando, en el agnosticismo radical.”

–¿No tiene que ver entonces con un rompimiento o una mala relación con su padre?

–No, para nada, yo guardo por él el mayor de los cariños y simplemente deploro que al final haya tenido este giro hacia posturas conservadoras religiosas, pero eso no tiene absolutamente nada que ver con la relación personal, directa, muy intensa y positiva que tuve con él.

También influyeron en él intelectuales como Alfonso Reyes hasta Jaime Torres Bodet, con quienes convivió en su niñez y adolescencia, y “no eran para nada religiosos”.

Finalmente se le pregunta qué piensa de los comentarios en torno al lema universitario “Por mi raza hablará mi espíritu”, entre los cuales hubo los que sugirieron que sea retirado porque el concepto de raza ya no se ajusta a los tiempos actuales.

Considera que no se realizó un debate muy amplio, sino que se trató solamente de opiniones. Recordó la ceremonia del pasado 23 de septiembre, cuando la misma Universidad Nacional Autónoma de México celebró los 100 años del escudo y se canceló un timbre postal conmemorativo:

“En el escudo y en el lema que mi padre le dio a la universidad hay varias cosas. En primer lugar, cuando se habla de espíritu –lo decía mi padre en la mesa, en la casa– es lo no materialista, es la filosofía, las artes, la música, lo que se considera vida espiritual por contraposición a lo material, lo de todos los días, la economía, en fin. En ese sentido, la palabra sigue siendo válida, yo en lo personal no creo en el espíritu en el sentido metafísico.”

Y en cuanto a la palabra raza, agrega que el origen de todo está en el libro La raza cósmica de su padre, donde dice que surgiría una nueva raza de las diversas que existían en el mundo hace 100 años. La idea de su padre no era eliminar ninguna raza, era incorporarlas, “pero cuando llegó Hitler la palabra se volvió abominable, intocable, obscena”.

–Esa raza y ese espíritu en esta América Latina convulsionada en parte por la situación económica, ¿cómo va a recuperar la educación?

–Estamos haciendo lo que podemos, estas cosas no cambian de un día para el otro. Pero primero debe disminuirse la desigualdad entre las clases sociales, que a mi modo de ver es lo más importante de todo, y combatir la corrupción, que es el cáncer que toca todos los días a la sociedad. ■

Qué funciona en educación y por qué

Qué funciona en educación y por qué


Alex Beard no es un gurú ni pretende serlo. En ninguna de sus afirmaciones se olvida de citar las fuentes, las personalidades consultadas y el por qué. Si queremos saber realmente cuÁl es la situación actual de la educación, hacia dónde nos dirigimos y cuÁl sería la dirección correcta, este libro se convierte en poco menos que una Biblia. Y no porque descubra la rueda o la piedra filosofal sino porque el Sr. Beard ha consagrado sus últimos años a investigar ­a través de viaje, estancias, entrevistas y lecturas­ la técnicas, métodos, virtudes y fallos de los sistemas educativos y las escuelas mÁs innovadoras del mundo. El primer trabajo de Beard fue en una escuela de uno de lo suburbios de Londres, donde poco se esperaba del alumnado: que «no se suban a la chepa », no falten mucho clase y consigan terminar los estudios obligatorios es, desgraciadamente, el papel de muchos docentes. Pero Beard no se conformó con elevar las calificaciones, se puso a averiguar de qué manera se podría mejorar y hacer eficiente el aprendizaje. Medicina y tecnología no son como hace un siglo pero, en cambio, el sistema educativo no ha sufrido sustanciosas variaciones desde … ¿Platón? Beard se dio cuenta de que lo primero que tenía que hacer para conseguir resultados era captar la atención. Internet y las tablets, las pizarras digitales son increíbles instrumentos para democratizar la enseñanza, pero tienen que estar guiados por un profesorado cualificado. Su primera estancia en Silicon Valley le reafirmó mÁs en la idea de integrar la tecnología como herramienta. Para Beard el aprendizaje tiene que parecerse menos a la memorización y mÁs a Angry Birds. Niños y adultos estÁn enganchados a los dispositivos móviles con una atención imposible de conseguir en un aula.

Los postulados de Beard, y que se corresponden con las partes del libro, son pensar de nuevo; hacerlo mejor y ejercer el cuidado. No son recetas ni mandamientos: son reflexiones que nos empujan a conocer cómo funciona la mente de niños y adolescentes y qué errores y aciertos poseen los sistemas de aprendizaje.

«EL APRENDIZAJE TIENE QUE PARECERSE MENOS A LA MEMORIZACIÓN Y MÁS A ANGRY BIRDS»

Francia, Reino Unido, EEUU, Finlandia, Corea del Sur y China tienen su particular forma de concebir la educación y han sido los informes PISA –vistos como muchos como una bestia negra que mide los resultados y que tendrían que servir como espejo y herramienta para saber en qué se debe mejorar– los que los han colocado en desiguales posiciones del rÁnking educativo. Datos que sin un anÁlisis solo arrojan estadísticas y abocan al desencanto de los países peor parados. Sin pontificar, Álex Beard realiza un clarificador anÁlisis y consigue que el lector extraiga sus propias conclusiones. Sí, los estudiantes de Corea estÁn a la cabeza, pero su índice de suicidios es preocupante. Los estudiantes chinos entregan su vida, sin infancia ni distracciones, para entrar en la universidad, pero se aparta la creatividad. Métodos como el finlandés, donde la escolaridad comienza a los siete años y las horas lectivas son menores que por ejemplo en España, arrojan unos resultados mÁs que satisfactorios. Son escuelas en las que prima la creatividad y la libertad, que arquitectónicamente estÁn variando. Al fin y al cabo, la compañías modernas y tecnológicas han eliminado tabiques y despachos para mejorar la productividad y el bienestar de sus trabajadores ¿no es lógico entonces cambiar los centros docentes?

Memorizar no es malo

Beard no muestra un panorama idílico en el que los niños aprenden conocimientos por ósmosis. La atención, el interés, memorizar y esforzarse es bÁsico. «Aquello en lo que piensas es lo que recuerdas y lo que recuerdas es lo que aprendes ¿en qué piensan los niños en clase?». Hay que motivar y alentar, sobre todo a los niños de capas socioeconómicas mÁs desfavorecidas, para conseguir un logro. Escuelas en los barrios mÁs deprimidos de Londres y París demuestran que es posible. Por si fuera poco, desde su discurso de humilde espectador, el autor desentierra muchos prejuicios aún enquistados. La genialidad no es hereditaria y el Coeficiente Intelectual no es inamovible. El sistema tiene que servir a los individuos y no los individuos al sistema. La comparación entre el hipocampo de los taxistas londinenses clÁsicos (con un examen durísimo de memorización de rutas y calles) y de los chóferes de Uber con su escasa memoria espacial explica muchas cosas. Tras leer y charlar con Alex Beard, nos quedamos con ganas de aprender mÁs. Recomendamos la lectura de su libro a toda la comunidad docente pero también a los padres preocupados por la movilmanía. Y a cualquier persona, en definitiva, que no quiera contentarse con el status quo. No me dirÁn ustedes si esto no es fomentar la lectura.

ALEX BEARD

Tras comenzar como profesor de inglés en una escuela de programa integral de Londres, se unió a la Tech For All (una red global de 50 organizaciones independientes, lideradas y financiadas localmente, cuya misión compartida es expandir las oportunidades educativas en todo el mundo. Sus experiencias han sido recogidas en los mejores periódicos (The Guardian, Financial Times, Evening Standard, Independent o Wired) y este es su primer libro traducido al castellano.

Otras formas de aprender. Qué funciona en educación y por qué, Alex Beard, Plataforma, traducción de Pablo Hermida Lazcano, 479 p.p., 22,90 €

Según el recién publicado informe Indicadores comentados sobre el Estado del Sistema Educativo Español 2019 (Fundación Ramón Areces y Fundación Sociedad y Educación) la tasa de abandono escolar temprano en el 2018 fue de un 17,9% aunque las oscilaciones entre comunidades autónomas es ostensible: en Baleares alcanza el 24,4% mientras que en el País Vasco el porcentaje es de un 6,9%. Los objetivos europeos para el 2020 es situarla por debajo de 10%.  

Educacion & Desarrollo

 

Educación & Desarrollo

Si bien la educación es un elemento sustancial para la reducción de la pobreza y la desigualdad, no fueron todos los gobernantes los que asimilaron su importancia. Comprender que con educación ciudadana se puede alcanzar el desarrollo a nivel sanitario, nutricional, ambiental y ciudadano es transcendental. Con educación una sociedad alcanza los conocimientos y las competencias para la inserción profesional productiva, la innovación y la creación de fuentes generadoras de riqueza. De no ser por su nivel educativo países con los mejores índices de desarrollo no hubieran alcanzado la conciencia de igualdad, el respeto de los derechos, el mejor trato hacia los demás, la mejora de la salud, la nutrición y la formación integral de todos los aspectos, incluyendo valores y comportamientos para la preservación de los recursos y el medio ambiente.

Como ejemplo, Finlandia es una de las naciones que a través de su avanzado sistema educativo, calificado a menudo como uno de los mejores del mundo, logró convertirse en uno de los países más desarrollados. Su secreto es que lograron comprender el peso que tiene la educación en el diseño de políticas para el desarrollo y así adoptar metodologías educativas no ortodoxas pero eficientes. Los niños llegan con una base sólida desde sus casas y las escuelas no hacen todo el trabajo de enseñanza. Empiezan la escuela a los siete años debido a que existen programas subsidiados por el gobierno para comenzar a aprender informalmente y prepararse para la escuela mucho antes desde sus hogares. Gracias a que el gobierno finlandes está comprometido con el éxito y la calidad de las escuelas públicas con el objeto de asegurar igualdad en la educación, minimizar las diferencias entre los estudiantes y que todos obtengan la misma calidad de enseñanza, las escuelas privadas están en gran parte ausentes en el sistema.

Las buenas prácticas en una escuela se comparten con otras con la finalidad de que los mejores métodos lleguen a todos los estudiantes. La docencia es considerada como una de las carreras más prestigiosas, a la par con la de los médicos y abogados. Solo los mejores logran entrar a trabajar en este sistema educativo y en consecuencia el gobierno y la sociedad les concede mayor autonomía en las aulas. A pesar de que los alumnos finlandeses obtienen las mejores puntuaciones en las pruebas internacionales, las evaluaciones estandarizadas no son parte de su sistema, es decir, no hay exámenes debido a que las metodologías priorizan el conocimiento a través de la experiencia y no de la memorización. Se considera que la forma tradicional de educación, dividida entre diferentes materias, no es la apropiada para un mundo tecnológico que exige capacidad de pensamiento crítico e interdisciplinario.

Tomando en cuenta el éxito del modelo finlandés, los padres, políticos, pedagogos, docentes, maestros, estudiantes y demás actores de la sociedad necesitan abrazar la importancia de la educación como principal recurso de un país y como factor para lograr el camino al desarrollo y progreso.

En Finlandia: La docencia es considerada como una de las carreras más prestigiosas, a la par con la de los médicos y abogados

EL IMPACTO DE LA TECNOLOGÍA EN LA EDUCACIÓN

 La educación transforma vidas. La aparición a finales de 2019 de un nuevo coronavirus, el SARS-CoV-2, y la pandemia de la COVID-19 derivada de este obligaron a cerrar colegios, escuelas, universidades y otros centros de enseñanzas no regladas a lo largo de la primera mitad del año. Impactando a un número sin precedente de estudiantes en nuestro país y en aquellos en los que la enfermedad ha tenido mayor incidencia, debe quedar clara una cosa: 'La educación transforma vidas'. Como apuntan desde la UNESCO, "Encabeza la lista de prioridades para las familias" incluso en las comunidades más desfavorecidas, aquellas que lo han perdido todo. Y es que la educación permite formar personas comprometidas con la sociedad y la economía e impulsar el desarrollo sostenible y la paz entre las comunidades.

La pandemia de la COVID-19 ha llegado en un momento en el que la educación se encuentra en pleno proceso de transformación, una evolución que, partiendo de la vieja escuela, tiene como objetivo un sistema basado en las nuevas tecnologías y la informática. Inmersos en la Era de la Comunicación, hay quien apunta que la tecnología 'deshumaniza' la enseñanza e impide a los alumnos adquirir conocimientos y habilidades. Ahora bien, no debemos culpabilizar a la tecnología de lo que hacemos mal las personas: no deja de ser un recurso más y como tal debe ser tratado. Debemos encontrar la simbiosis entre ambos mundos en pro de motivar a los alumnos.

LA TRANSICIÓN TECNOLÓGICA DE LA EDUCACIÓN DEBE VERSE COMO UNA OPORTUNIDAD PARA TRANSFORMAR VIDAS

Y aunque las ventajas de la introducción de la tecnología en las escuelas son muchas y van más allá de las clases de robótica, las pantallas digitales o el acceso a Internet, lo cierto es que si no van acompañadas de los cambios y la formación necesaria −tanto a nivel de alumnos y profesorado, como de padres− para sacarles provecho, el esfuerzo será en vano. Juan Donoso Cortés dijo aquello de “Unirse, no para estar juntos, sino para hacer algo juntos”. Sí, supone un cambio de paradigma, pero debemos involucrarnos −y adaptarnos− todos, a marchas forzadas debido a la crisis sanitaria actual, y verlo como una oportunidad para 'transformar vidas'.

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